Mirian
cumplia siete años, lo celebraba en su jardín con sus amigos y
familiares, era la hora de abrir los regalos, empezaron sus padres, les
regalaron ¡una tortuga! Ella muy contenta dijo a sus amigos que si
querían ir al monte a jugar con la tortuga, pero Silvia la mejor amiga
de Mirian dijo que la tortuga tenia que tener un nombre. Mirian sin
pensarlo dos veces añadió;que se llamaria Casandra.
Después de
ponerle el nombre, se fueron rápidamente al monte para así jugar con
ella. Pero mientras iban caminando, Mirian se resvaló y todos empezaron
a reirse. Ella enfadada se desvió del camino y se perdió. Se hacía de
noche y Mirian no sabía que hacer, hasta que oyó un vocecita, era la voz
de Casandra. Se quedó muy sorprendida. Casandra le dijo que no tenia
que tener miedo, porque sus amigos del bosque las iban a ayudar a
encontras víveres y un sitio donde pasar la noche. Pero había otra
sorpresa, los amigos de Casandra también hablaban. Mirian esta vez no se
sorprendió tanto. Al día siguiente, los amigos de la tortuga, le
presentaron a un niño llamado Pedro. Mirian preguntó a Pedro que si él
no le podía ayudar a volver a su casa, él le contesto que si. Pasaron
horas y Mirian seguia sin encontrar su casa, pero en ese mismo momento
vió una luz, era la de su casa; contenta entró y dio un fuerte abrazo a
sus padres que estaban, muy contentos de volver a ver a su hija.
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